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ECUADOR

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AMORFINOS

Si digo este amorfino,
No lo hago por afición
Lo digo porque soy ecuatoriano
Y lo llevo en mi corazón.

Que vivan los amorfinos,
los digo con mucho amor,
son una joya muy linda.
del Folclor de mi Ecuador.

Dicen que el ají maduro
pica más que la pimienta,
así son las malas lenguas
que sin preguntarles cuentan.

Te me declaraste
y no te puedo decir
ni un pero, aunque
los dos sabemos que
de verdad te quiero.

El 31 de octubre se celebra el día del Escudo, uno de los símbolos patrios de Ecuador que fue adoptado oficialmente por el Congreso el 31 de octubre de 1900, logrando su implementación en la presidencia del General Eloy Alfaro Delgado, el 7 de noviembre del mismo año. Días después, el 5 de diciembre, el decreto se publicó en el Registro Oficial.

Las partes que conforman el Escudo Nacional son: Cóndor, Astas, Laurel, Sol Dorado, Chimborazo, Río Guayas, Hecha, Palma, Óvalo, Signos del Zodíaco, Banderas Nacionales, Caduceo, Buque a Vapor Guayas y las Fases Consulares.

Los charoles de la esperanza

Los charoles llegan de mañana. Deambulan todo el día en la Universidad de Guayaquil,   cada cual por su lado ofreciendo sus caramelos y así los coge la noche.

 Son  padre e hijo que vienen desde los “Jardines de la esperanza”.

 Curiosamente así se llama el barrio contiguo al cementerio del mismo nombre. Talvez para comprender la vida, sea necesario comprender también la muerte…quien sabe.

 El  nombre, es  muy hermoso, como la esperanza de ellos.
Contemplaban la vida con sencillez. 

El Papá me decía que su hijo ya era bachiller, sin embargo con los exámenesdel Senecyt  es muy difícil que pueda estudiar lo que quiera. Hay que ver “adonde lo mandan”

Par comprender la vida  tiene que haber libertad para observar y contemplar las cosas sin  pre-juicios, sin conceptos previos, y estar libre de todos los miedos especialmente del miedo al fracaso, del miedo de lo que sucedió ayer, de lo que podría suceder mañana… 

Talvez los miedos se originan en la estructura misma del pensamiento.

Y en esa sencilla comprensión de la vida, la verdad puede revelarse.

Los manichos con chocolate cuestan cincuenta centavos. Después de un día de tantos trabajos y  tan diversos,  a las ocho de la noche, es estimulante  una barra de chocolate para continuar las clases hasta las 9 y 30 de la noche.

 El tiempo es como el mar: nunca está quieto, está siempre en  movimiento, y nuestras mentes atrapadas en el tiempo son arrastradas en ese torbellino. 

Que ocurriría si pudiéramos contemplar esto con serenidad…?

Estos días de febrero y marzo  llueve casi todo el día y todos los días, y se mojan los vendedores y sus pequeños charoles. 

Entonces la ropa se secará sobre sus cuerpos.

A veces la lluvia viene  como  una garua tenue y otras con grandes gotas y fuertes vientos.

 En el cielo se forman    arcoíris superpuestos como un milagro de la luminiscencia de las pequeñas gotas de agua atravesadas por los últimos rayos del sol en el atardecer de  mil colores en las nubes….

El día se va despacio, mientras el cielo cuelga sus nubes negras.

Las estrellas apagadas  parece que llenaran  de cenizas el estero cercano. 

Con su charol portátil colgado al cuello, a cada caminante lo miran con la esperanza de un posible comprador. 

Si pasa una pareja  tomada  de la mano, entonces la esperanza se duplica, mas, tantas veces todo queda en esperanza…

Cuando arrecia la lluvia  la universidad se envuelve en un túnel de silencio para escuchar la melodía de la lluvia. En el aire se baten los relámpagos y los truenos.

Hay que buscar abrigo para los chocolates, de lo contrario la pequeña utilidad del día corre serio peligro. La lluvia baja las ventas.

 Los faroles reflejan sus rayos en los charcos recién formados mientras las sombras se van durmiendo entre las ramas de los mangos.

Después del aguacero el cielo queda despejado y las estrellas aparecen  más vivas.
La lluvia limpia la naturaleza,  como un símbolo de  agua lustral que sugiere también la limpieza de los pensamientos...Ojala esto fuera cierto.

Todo ofrece  una  sed de eternidad,. Como si no hubiera nada nuevo que obtener, porque lo que es nuevo no puede ser eterno.

La parte luminosa de las cosas siempre está, aunque no  la percibamos, 

Los charoles de chocolates están llenos de colores en una leve armonía que va impregnando las miradas…

Ellos mantienen viva la esperanza...

Arq. Parsival Castro Pita 

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